No eres tú, es tu salud.

En los últimos días he estado platicando con algunas personas referente al tema de hacer ejercicio y comer sano. Durante toda mi vida he tenido problemas con mi peso, literal desde bebé. Nací pesando 3.800 kg. desde ese entonces siempre aparente más edad de la que tengo. A pesar que en varios momentos de mi vida he buscado por diversos motivos llegar a un peso ideal, lo cierto es que tiene poco tiempo que lo he hecho por voluntad propias, por un gusto sincero de hacer algo por mi.

En la universidad estuve casi dos años yendo de forma contante a un gimnasio y aunque llegué a recibir comentarios que decían que no me estaba sirviendo de nada o que llevaba mucho tiempo y no se veía grandes cambios, después de haber dejado de ir 1 años completo sin ir, regresé hace 3 meses a volver a ejercitarme. Pero ahora con la firmeza de no escuchar la opinión de nadie más, pues sí, llevaba o llevo bastante tiempo yendo a un lugar para ejercitarme y mi cuerpo no se ve como el de otras personas, pero para ello influyen muchas cosas. Se requiere mucho disciplina, constancia y mucho esfuerzo. Muchas veces las personas opinan desde su comodidad, sin saber o entender lo difícil que puede ser para otra persona no pensar en irte a dormir después de la escuela o del trabajo, no comer cosas altas en grasas o en carbohidratos cuando la mayoría de tus amigos las consumen, o simplemente que tu genética no te ayuda de mucho, además de diversas variantes entre aspectos psicológicos y emocionales.

Desde inicios del año, diario salgo de mi casa con una pequeña maleta con mi ropa deportiva adentro, pues saliendo de la escuela paso al gimnasio, procuro ir más de dos días a la semana, por ello algunas personas se me han acercado en estos días para preguntarme sobre mi experiencia, pues en algunas ocasiones he comentado la situación por la que he pasado como ya lo comenté en las lineas anteriores. Pues bien, a primera vista me sorprendió su confianza e interés por conocer mi testimonio, pero me gustó ser un referente y quizá un apoyo para quienes quieren intentarlo. Lo mejor que puedo decir siempre es que debemos intentarlo, no pensar en la flojera que nos podrá dar al tercer día, o que quizá pagaremos la mensualidad y sólo vayamos aun día, por el contrario, debemos pensar en hacerlo parte de nuestro día a día pasar un rato a desestresarnos, a fortalecer nuestro cuerpo y animar nuestro ánimo.

No es fácil empezar a adoptar una rutina de ejercicio, pero tampoco es imposible, hay muchas razones para hacerlo, desde lo estético y banal como el tener un físico de ensueño, hasta por salud, siendo esto último lo más importante por lo que deberíamos hacerlo.

Si tú también quieres iniciar un cambio en tu vida y tu salud, no lo piense tanto, intentarlo una vez y vuélvelo a intentar al otro día, hasta que ya no piense más en hacerlo o no, mecanismo, hazlo parte de tus necesidades para estar agosto, para sentirte pleno. El cuidar de nosotros es un gran acto de autoestima, sin importar la disciplina, el ejercicio debe ser fundamental, no pienses en bajar de peso, piensa en que serás más ágil y más fuerte, que no te sentirás un piedra en tu vida diaria y aunque como yo, no tengas el cuerpo de ensueño, tendrás el gusto de sentirte agusto, más activo y más sano.

Atrévete, yo te apoyo.